martes, 17 de julio de 2012



El control consiste en un proceso compuesto de tres pasos definidos que son universales:


1)     Medición del desempeño.

2)     Comparación del desempeño con el estándar y comprobación de las diferencias que existen.

3)     Corregir las desviaciones desfavorables aplicando las necesarias medidas correctivas.



MEDICIÓN DEL DESEMPEÑO


Medición de resultados. Consiste en medir la ejecución y los resultados, mediante la aplicación de unidades de medida, que deben ser definidas de acuerdo con los estándares.



COMPARACIÓN DEL DESEMPEÑO CON EL ESTÁNDAR


Establecimiento de estándares. Un estándar puede ser definido como una unidad de medida que sirve como modelo, guía o patrón con base en la cual se efectúa el control.
Establecer una variación rígida absoluta o incluso una gama de los que es satisfactorio o no adecuado. Las desviaciones relativa mente pequeñas del estándar son aprobadas para el desempeño de algunas actividades, en tanto que en otros casos, una ligera desviación, puede ser grave.



CORRECCIÓN DE LAS DESVIACIONES
Este es el tercer paso en el que el proceso de control puede considerar se como el paso que asegura que las operaciones están ajustadas y que se hacen esfuerzos para alcanzar los resultados inicialmente planeados. Siempre que se descubran variaciones de importancia, es imperativa una acción enérgica e inmediata, el control efectivo no puede tolerar demoras innecesarias, excusas o excesivas excepcionales.



La acción remediadora es preferible a la acción correctiva: este último paso en el proceso de control implica más que buscar dificultades y corregirlas. Debe descubrirse la verdadera causa de la dificultad y hacer esfuerzos para eliminar la fuente de la diferencia.


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